Escritos Espurios 49.4

Parece que Oriol Junqueras quiere ponerle las cosas difíciles a Artur Mas. Ya era hora que hiciese algo más que sollozar. Entretanto, una Catalunya infantilizada esperará a que, la iluminada Forcadell, se dirija a los dirigentes con su delirium tremens habitual. 

Si Junqueras se mantiene en las premisas básicas de su discurso, Mas buscará echarle tanta basura como pueda para culpabilizarle de romper la unidad. Puro cinismo. Este héroe de pacotilla, a pesar de su repunte de popularidad sabe que, en unas elecciones en las que cada partido vaya por su cuenta, tiene todos los números para perderlas. Pero quien sabe si imbuido en su idealismo impostado de salón, se sacrifique por Catalunya y convoque elecciones en el corto plazo. Hasta que no lo vea no me lo creeré.