Sigamos por donde dejamos a Andrés y sus elucubraciones metafísicas.
De lo expuesto se deduce que el pronunciamiento religioso no es una cuestión ineludible, aunque sí es una línea que facilita la obtención de unos poderes. Los ejemplos así lo corroboran. A las levitaciones de santos e iluminados se oponen idénticas situaciones en ambientes alejados de misticismos. Las curaciones milagrosas al abrigo de influjos virginales encuentran su opuesto en individuos ajenos a toda trama litúrgica. Lo esencial es no monopolizar unos hechos.
El hombre está en posesión de unas facultades, aunque desconoce el modo de despertarlas y concretar su utilidad. Las leyes naturales jamás son transgredidas, en cualquier caso la aparición de ciertos aspectos desconocidos apuntan al centro de nuestra ignorancia.
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De lo expuesto se deduce que el pronunciamiento religioso no es una cuestión ineludible, aunque sí es una línea que facilita la obtención de unos poderes. Los ejemplos así lo corroboran. A las levitaciones de santos e iluminados se oponen idénticas situaciones en ambientes alejados de misticismos. Las curaciones milagrosas al abrigo de influjos virginales encuentran su opuesto en individuos ajenos a toda trama litúrgica. Lo esencial es no monopolizar unos hechos.
El hombre está en posesión de unas facultades, aunque desconoce el modo de despertarlas y concretar su utilidad. Las leyes naturales jamás son transgredidas, en cualquier caso la aparición de ciertos aspectos desconocidos apuntan al centro de nuestra ignorancia.
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