Escritos Espurios 43.6

Ha llegado la hora de los cambios y de los agradecimientos. Con la derrota en la final de la Copa del Rey se cierra un ciclo. Durante el mismo, la excelencia se había hospedado en Barcelona por un largo período. Los que hemos tenido la fortuna de paladear el fútbol del F. C. Barcelona, desde la doble vertiente de buen aficionado al fútbol y de simpatizante del club, jamás podremos olvidar lo que hemos disfrutado con este equipo. Un equipo que a los largo de estos años ha sufrido desgracias de todo tipo, muchas de ellas dramáticas.

El estilo tan particular del F. C. Barcelona es indiscutible, una marca registrada de calidad. Otra cosa es que ahora, de manera indispensable, se requiere de savia nueva, de jugadores creativos, con una buena mezcla de técnica, músculo y potencia.

Jugadores que han sido fundamentales en estos años deberán salir del club, aunque podrán hacerlo con la cabeza muy alta. Otros se marcharán por no tener el nivel suficiente para ser parte de un equipo que siempre está obligado a ganar. La directiva actual acumula errores y decisiones controvertidas. Un paso en falso más y el Nou Camp pedirá elecciones anticipadas.

No es un momento crítico pero hay poco margen de error. Alrededor del club flotan amenazas que nacen como hongos. Son el resultado de las miserias internas que siempre rodean al F. C. Barcelona y de los planes de independencia de una clase política que no ha previsto las consecuencias de sus estupideces.

Ahora sí, es un fin de ciclo. Pero, si se hacen bien las cosas, el F. C. Barcelona volverá a estar la próxima temporada arriba otra vez, exhibiendo estilo, con muchos jugadores de este ciclo finalizado. Aunque, para volver a tener un equipo con un funcionamiento tan preciso como el que hemos tenido en estos años, pueden pasar décadas.