Escritos Espurios 37.9

Cada día se hace más evidente que las pretensiones del President de la Generalitat no son más que un castillo de naipes. España ha tomado la vía del enfrentamiento y está dispuesta a forzar hasta donde sea necesario. Con un poco de suerte, Catalunya conseguirá que le pinten alguna estación de tren y que le pongan algunos urinarios en el centro de Barcelona. Porque, con los inútiles que tenemos en la Generalitat, lo que se consiga será más por la buena voluntad de Madrid ante el postrado, que por algún mérito de los políticos catalanes.

Entretanto, Catalunya malvive ante tanta inmundicia política, tanto catalana como española. En este juego de poder, el ciudadano catalán es el gran perjudicado.