Escritos Espurios 27.6

La impunidad con que la delincuencia hace estragos en Catalunya es una muestra más de la pobreza que la invade. Un cargo más para la conciencia de los políticos, demasiado atareados en cuestiones fundamentales: nepotismo, corrupción, inutilidad e insensibilidad a tanto daño como emana de sus actos, inacciones y decisiones.

Desgraciadamente, ha hecho falta que muriese el presidente de la patronal de Girona para que los Mossos hayan recibido la orden de buscar a los culpables. De algún modo, vieron que la muerte les pasó cerca. Aunque lo peor ha sido que, después de una amplia redada realizada ayer, muchos de los detenidos, reincidentes por robo con intimidación, han quedado en libertad, a pesar de que algunos habían intervenido en veintisiete robos con fuerza. Nuestros políticos son culpables de no defender a los ciudadanos con leyes adecuadas.

El impacto emocional que sufren los asaltados es terrorífico. Que unos desalmados entren en casa con la violencia con que lo hacen, deja una secuela de terror que perdura para siempre. Una cosa es robar y otra destrozar a unas personas por llevarse un televisor de plasma y unas joyas.

Conozco a personas que han sufrido este tipo de asalto, de madrugada. También mis familiares conocen a más personas que han padecido esta situación. Son millares en estos últimos años los que se han visto en estas circunstancias y, entretanto, los políticos mirando al tendido.

Es la hora ineludible de pedirles cuentas.