Escritos Espurios 21.3

Más porciones del Regalo envenenado.

Le pedí a mi padre que buscase la sección de Deportes de La Vanguardia Española. Mientras la buscaba le observé con nerviosismo. Sabía lo que implicaba llegar a determinadas conclusiones. Estábamos a punto de borrar de un plumazo nuestra relación padre-hijo, para pasar a algo más movedizo e impreciso.

Cuando detuvo el paso de las páginas supe que nos quedaban segundos de normalidad. De súbito, me miró con cara de enorme sorpresa. Cogió la nota que sacó del sobre y volvió a leerla para corroborar lo que ya sabía.

 - Adivinaste el resultado... Y no solo eso, también la circunstancia del gol -dijo, sin quitar los ojos de la página deportiva.

 - No es lo mismo predecir el futuro que recordarlo -le contesté, enigmático.

Levantó la cabeza, sorprendido por mi respuesta.

 - ¿Qué quieres decir?

 - Quiero decir que no he adivinado el resultado del partido. Lo he recordado.