Allan siempre ha tenido atracción por los personajes extremos. En JAQUE A LA RAZÓN una frase suya dice asi: “prefiero una causa heroica que una causa justa”. Bien, no es de extrañar entonces que en su libelo aparezcan personajes con características desmesuradas, al estilo de las ya comentadas para el personaje principal.
Nechayev no aportó gran cosa al mundo de las ideas. Lo suyo consistía en arrasarlo todo y que los que vengan después empiecen algo nuevo. Un nihilismo aterrador donde todo debería ser convertido en cenizas. Un nihilismo que ahora mismo sigue en boga en las manifestaciones de los extremistas islámicos como muestra principal. Es muy recomendable la lectura del ensayo “Dostoievsky en Manhattan” de André Glucksmann para hacerse una idea del nihilismo que acecha a los humanos. La complejidad del mundo hace intersección con la depurada técnica destructora de tal manera que todo es posible. Desde que no ocurra nada hasta que un día os despertéis con una gran ciudad arrasada por un artilugio nuclear doméstico. Son los juegos divinos puestos en manos de fanáticos, una democracia tecnológica absurda.
Una vez más me mostraré generoso con toda la humanidad: se hace imprescindible un cambio de paradigma. Solo podrán hacerlo hombres implacables y honestos
Nechayev no aportó gran cosa al mundo de las ideas. Lo suyo consistía en arrasarlo todo y que los que vengan después empiecen algo nuevo. Un nihilismo aterrador donde todo debería ser convertido en cenizas. Un nihilismo que ahora mismo sigue en boga en las manifestaciones de los extremistas islámicos como muestra principal. Es muy recomendable la lectura del ensayo “Dostoievsky en Manhattan” de André Glucksmann para hacerse una idea del nihilismo que acecha a los humanos. La complejidad del mundo hace intersección con la depurada técnica destructora de tal manera que todo es posible. Desde que no ocurra nada hasta que un día os despertéis con una gran ciudad arrasada por un artilugio nuclear doméstico. Son los juegos divinos puestos en manos de fanáticos, una democracia tecnológica absurda.
Una vez más me mostraré generoso con toda la humanidad: se hace imprescindible un cambio de paradigma. Solo podrán hacerlo hombres implacables y honestos
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