Estoy seguro que un día tendre que lamentar el haber publicado tanta insensatez pero es el peaje que hay que pagar para tener vuestra presencia.
Los impactantes inicios de la parapsicología no han tenido la continuidad y la evolución deseada. Sus extensas clasificaciones y detenidos análisis se han regido por el postulado que indica que "todos los fenómenos se relacionan con un sujeto vivo". La alusión "sujeto vivo" cierra las puertas a una supuesta influencia externa. El glosario fenoménico es muy completo pero me temo que, salvo casos determinados, no vislumbra las auténticas causas que inciden en la presencia del fenómeno.
La telergia admite unas subdivisiones para explicar una tipología concreta de fenómenos. Una de ellas es la telecinesia (desplazamiento de objetos sin causa física observable o conocida). cuya historia encuentra sus inicios en el movimiento de mesas a mediados del siglo XIX.
El calvinista Gasparin, al igual que otros científicos de la época (Faraday, Crookes, etc.) tuvo que rendirse ante la evidencia de lo que acontecía: las mesas giraban y se levantaban en condiciones inexplicables. Desahuciada la hipótesis academicista capitaneada por el astrónomo Babinet (los movimientos son producto de la acción muscular, voluntaria o no, de los presentes), Gasparin expuso la teoría según la cual todo se debía a la presencia de un fluído dirigido por la voluntad. Un fluído que, en su certgeza, no era más que un agente físico sin concomitancia alguna con lo sobrenatural.
En su obra "La ciencia hacia el espiritismo" desestima posibles milagros o influencias demoníacas, reafirmándose en la idea de que la voluntad dirige el fluido que zarandea a la mesa, convirtiendo a esa en un miembro más de nuestro cuerpo.
Creo que merezco la cárcel por publicar estas cosas.
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Los impactantes inicios de la parapsicología no han tenido la continuidad y la evolución deseada. Sus extensas clasificaciones y detenidos análisis se han regido por el postulado que indica que "todos los fenómenos se relacionan con un sujeto vivo". La alusión "sujeto vivo" cierra las puertas a una supuesta influencia externa. El glosario fenoménico es muy completo pero me temo que, salvo casos determinados, no vislumbra las auténticas causas que inciden en la presencia del fenómeno.
La telergia admite unas subdivisiones para explicar una tipología concreta de fenómenos. Una de ellas es la telecinesia (desplazamiento de objetos sin causa física observable o conocida). cuya historia encuentra sus inicios en el movimiento de mesas a mediados del siglo XIX.
El calvinista Gasparin, al igual que otros científicos de la época (Faraday, Crookes, etc.) tuvo que rendirse ante la evidencia de lo que acontecía: las mesas giraban y se levantaban en condiciones inexplicables. Desahuciada la hipótesis academicista capitaneada por el astrónomo Babinet (los movimientos son producto de la acción muscular, voluntaria o no, de los presentes), Gasparin expuso la teoría según la cual todo se debía a la presencia de un fluído dirigido por la voluntad. Un fluído que, en su certgeza, no era más que un agente físico sin concomitancia alguna con lo sobrenatural.
En su obra "La ciencia hacia el espiritismo" desestima posibles milagros o influencias demoníacas, reafirmándose en la idea de que la voluntad dirige el fluido que zarandea a la mesa, convirtiendo a esa en un miembro más de nuestro cuerpo.
Creo que merezco la cárcel por publicar estas cosas.
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