Llevo días sin hablar de Allan y Andrés. En la actualidad viven una especie de luna de miel que, como todas, no es más que el preludio de un fracaso anunciado.
Desde que Andrés fue puesto en libertad, vive en una adoración pastoril más propia de un belén que de una realidad tangible. En su mente pueril, asocia su nuevo status con las gestiones que hizo Allan el mes de diciembre pasado. Ahora ya tiene a su héroe.
Estos son algunos párrafos de la última carta enviada por Andrés a Allan:
Estimado Allan... desde tu intervención ante las autoridades mi vida ha hecho un cambio que jamás podré agradecerte del todo. Lo que antes eran miradas desconfiadas ahora se han tornado en amables palabras...
Etcétera.
Allan prefiere a un Andrés tranquilo y respetado - al menos de manera pública - aunque sigue sin entender el giro copernicano de la cuestión. Es más, Allan desconfía e intuye que cualquier día volverán a saltar las alarmas.
Desde que Andrés fue puesto en libertad, vive en una adoración pastoril más propia de un belén que de una realidad tangible. En su mente pueril, asocia su nuevo status con las gestiones que hizo Allan el mes de diciembre pasado. Ahora ya tiene a su héroe.
Estos son algunos párrafos de la última carta enviada por Andrés a Allan:
Estimado Allan... desde tu intervención ante las autoridades mi vida ha hecho un cambio que jamás podré agradecerte del todo. Lo que antes eran miradas desconfiadas ahora se han tornado en amables palabras...
Etcétera.
Allan prefiere a un Andrés tranquilo y respetado - al menos de manera pública - aunque sigue sin entender el giro copernicano de la cuestión. Es más, Allan desconfía e intuye que cualquier día volverán a saltar las alarmas.