Con algunas excepciones, los poemas transitan entre el escepticismo social y el pesimismo vital. Las críticas literarias coinciden en mencionar la calidad del conjunto de poemas, aunque si hoy hago mención del libro es por una circunstancia completamente ajena.
En una de las poesías se lee:
Just maduren
els sembrats
quan s'agusen
les corbelles.
Blanques són, ai.
les roselles
dels eterns
enamorats.
Blanques són, ai.
les roselles
dels eterns
enamorats.
Ver el nombre del infausto campo nazi inmerso en una composición poética es una circunstancia simbólica que, tanto si fue ajena a la voluntad del autor como si fue algo buscado por el mismo, produce desconcierto. Unos versos románticos que enfatizan la belleza de la naturaleza y del amor, en contraste con el matadero de seres humanos que fue el campo de Gusen.
Son detalles que, inconscientes o no, denotan la profundidad de un hombre que utilizaba la navaja de Occam con una perfección absoluta.