Escritos Espurios 51.6

El proceso de solución final puesto en práctica por los nazis expresa el punto máximo de fría crueldad al que puede llegar la humanidad. Convivir con este enorme peso a las espaldas tiene que resultar terrible, aunque parece que los alemanes han encontrado los recursos psicológicos para superar el horror del holocausto. Son así de prácticos.

Siendo plena la responsabilidad de los alemanes, tanto aquellos que colaboraron en la matanza como los que miraban hacia otro lado, hay que reconocer la actitud ambigua de los países aliados y de muchos judíos.

En la Alemania nazi se vivía una realidad que, en menor o mayor medida, era conocida por todos. Es absurdo aceptar la disculpa del desconocimiento de una situación cuando, con solo jugar a espías unos cuantos días, habría sido conocida en su perversa magnitud. 

Mi opinión es que los aliados eran conocedores de una tragedia e hicieron muy poco para evitarla. Si hubiesen querido, habrían podido sabotear el suministro de personas hacia los campos de exterminio, sin que ello implicase grandes costes. Pero por razones político-militares permitieron que el envilecimiento alemán alcanzase las cotas más altas.