Escritos Espurios 48.6

Cuando el Tribunal Constitucional acepte el recurso del Gobierno español a la nueva consulta propuesta por el Govern de Catalunya el President Mas se echará a un lado y dejará que la consulta quede en manos de la ANC, en lo que será una especie de top manta de la democracia. 

Si el Estado español quiere ponerse tortuoso los voluntarios tendrán que situarse fuera de los centros previstos por el Govern para la votación, en plena calle, con un tenderete y con un ánimo de participación muy remarcable. Como alternativa podrían utilizar centros cívicos, escuelas privadas, ateneos y casals del jubilat. Mientras, el President estará al margen y plenamente satisfecho pues, de cara a la galería, habrá hecho todo lo posible para llevar a cabo la consulta y, claro, no puede ni quiere saltarse la legalidad. A lo más que llegará es a aparentar que va a estar, estando sin estar, en su línea.

Una vez más habrá estafado al pueblo catalán porque, al propiciar una consulta llena de limitaciones operativas sin resultado vinculante, está privando a la población de una consulta veraz. Solo hay un modo de enfrentarse a la realidad con auténtico compromiso: proclamar una convocatoria de elecciones en la que cada partido lleve en su programa lo que quiere y lo que hará, sin juegos de manos, para saber, de una vez por todas, lo que piensa la población catalana de la utópica independencia de Catalunya.