Revelaciones 9.2

Allan pertenece de manera oficial a la iglesia católica. Fue bautizado e hizo la primera comunión. Nunca ha hecho nada para desligarse de este estamento. La apostasía ni siquiera ha sido contemplada a pesar de su alejamiento absoluto de la iglesia. En su juventud escribía textos demoledores contra la curia romana hasta que un día se olvidó para siempre de ella. Es capaz de distinguir entre los obispos viciosos y los curas voluntariosos de las pequeñas aldeas, expuesto así de un modo general.

En el alma humana anidan demasiados monstruos que, muchas veces, envilecen cualquier idea prístina. Después, con el paso de los siglos y hasta el día de hoy, criminales y santos han orlado el rosario eclesial.

De joven testeó a los Testigos de Jehova. Fue un tiempo que duró unos pocos meses, el suficiente hasta que pudo enfrentarse a sus argumentos. Tenía diecisiete años y no quiso cerrar la puerta sin más. Quería conocer sus puntos de vista, valorar lo que pudiese haber de verdad en su religión. Finalmente, después de escucharlos durante diez semanas les pidió un tiempo para buscar réplicas y estar alejado de su influencia. Un par de meses después -tal y como les había prometido- volvieron a reunirse. Allan elaboró un texto con sus divergencias e investigaciones. Antes de exponerlo a los Testigos de Jehova, les avisó de que su contenido podía incomodarles.