Escritos Espurios 48.1

La campaña independentista está trufada de mantras que acaban convirtiéndose en verdades absolutas. El que ha hecho más fortuna es el de asociar el hecho de votar con democracia. Ya te comenté que esta afirmación no es del todo veraz. Depende de muchas circunstancias.

Para reafirmar este supuesto derecho se dice que el ochenta por ciento de los catalanes quiere votar. Es otro mantra repetido hasta la saciedad. A mi nadie me ha preguntado si quiero votar o no. Ya son conocidos los desaciertos de muchas encuestas políticas. Asimismo, hay que considerar que en Catalunya se han contado demasiadas mentiras. No es lo mismo reconocer que estarías dispuesto a votar que exigir votar. Me temo que no hay ningún rigor a la hora de ciertas afirmaciones. 

Te repetiré de nuevo que estoy a favor de que cualquier grupo humano reivindique sus derechos, aunque sean sacados de una chistera. Por tanto, como principio, estoy de acuerdo que la sociedad catalana se plantee las cuestiones que sean necesarias. Incluso admito que tiene muchas razones para hacerlo. Lo que no es aceptable -y esta es la razón de mi postura- es la manera como se han hecho las cosas en Catalunya. Mi conclusión es que no son de fiar y creo haberte dado suficientes razonamientos para llegar a esta certeza.