Escritos Espurios 47.1

Escuchar al pobre Artur Mas clamando por la libertad es el penúltimo acto de una tragicomedia deplorable. Catalunya es la zona de España donde más se han conculcado las libertades de los ciudadanos. Desde la obligación de rotular los negocios en catalán hasta la imposición del catalán en las escuelas. Por no hablar de la diferenciación ciudadana: ciudadanos de primera y de segunda clase.

Porque en Catalunya, quien no domina el catalán, tiene enormes dificultades para encontrar trabajo. Si un catalán se marcha a vivir a Sevilla puede insertarse en el mercado laboral con los mismos problemas que el resto pero, si un sevillano se viene a vivir a Catalunya, se verá discriminado para una mayoría de trabajos. Eso si, siempre le queda la opción de limpiar letrinas, barrer calles o fregar platos.

Podría ser que el President se refiriese a la libertad de la casta para seguir haciendo negocios de manera impune. Si España no fuese un estercolero haría mucho tiempo que la Generalitat estaría patas arriba. Porque sí, aunque soy catalán, me gustaría verla clausurada. Es una institución que solo ha sangrado a los catalanes, empobreciendo la región. Empresarialmente hablando, la Generalitat debe ser el negocio más ruinoso de la historia.

Mientras, aquí, decenas de miles de catalanes tienen ondeando la banderita en el balcón. Es de pena.