Con el paso del tiempo esta preferencia no solo no ha cambiado sino que, desde el año 2008, todos los ordenadores -cinco en la actualidad- tienen como papel tapiz el cuadro del insigne pintor británico.
En setiembre de 2002, cuando ya solo quedaban en pie dos proyectos alquimistas, que Allan recibió un paquete por correos. El remitente era de una amiga de Madrid. El contenido era un libro titulado Turner y el mar - Acuarelas de la Tate, editado por la Fundación Juan March, con motivo de la exposición que hubo en Madrid, por un período de cuatro meses.
Allan lamentó mucho perdérsela pero estaba en plena efervescencia alquimista.
Muchas veces se recrea con el libro. Las brumas de Turner le sirven de espejismo.
Allan lamentó mucho perdérsela pero estaba en plena efervescencia alquimista.
Muchas veces se recrea con el libro. Las brumas de Turner le sirven de espejismo.