Escritos Espurios 46.7

Allan es un habitual lector de libros. Siempre con un lápiz cerca, para marcar frases y párrafos y anotar detalles en la última página. Normalmente lo hace por el especial interés del contenido aunque, a veces también, por estar en desacuerdo o sorprendido por alguna afirmación del autor. Después de su lectura, hace un comentario del mismo en sus diarios. Ayer terminó de leer Fútbol. Dinámica de lo Impensado, de Dante Panzeri, publicado en el año 1967. Estos son algunos de los comentarios de Allan referidos a este libro:

Para los amantes del fútbol, ya sea desde la vertiente de simple aficionado o de estudioso de este deporte, el libro de Dante Panzeri, provoca muchas reflexiones. En general estoy de acuerdo con él en los conceptos más básicos, aunque discrepo en aquellos aspectos en los que desprecia de un modo excesivo la sistematización del fútbol. En el momento de escribir su libro, parecía que el fútbol estaba en una encrucijada: el paso de un fútbol idealista y romántico hacia un fútbol visto más como un negocio, donde los impostores buscan integrarse en su estructura, para su propio beneficio. En este apartado incluye a directores técnicos, directivos y periodistas.

Amante del fútbol lúdico, Dante Panzeri expresa la inutilidad de tantos entrenadores que, creyendo en la modernidad de los libros de fútbol, basan sus conceptos en el no perder, en anular la chispa creativa de los jugadores más espontáneos.

En mi opinión, tiene mucha razón cuando dice que lo esencial en el fútbol es saber manejar un balón con habilidad. Luego viene todo lo demás: estrategia, juego en equipo, buen nivel físico, movilidad, etc. 

Desde la publicación de su libro, hace casi cincuenta años, el mundo del fútbol ha ofrecido muchas cosas en su continua evolución. Desde jugadores geniales a equipos soberbios. En los grandes equipos -el Ajax de Michels y Kovacs, el Milán de Sacchi y el Barça de Guardiola- siempre ha brillado algún genio pero, resulta del todo innegable que, el trabajo táctico y la mecanización de todos sus movimientos, fueron la base, el punto de partida de su éxito aunque, sin el jugador genial -en los casos del Ajax y del FC Barcelona- que con sus regates provoca el escape y, por tanto, la superioridad táctica, estos dos grandes equipos habrían visto mermadas sus prestaciones.

Esta es la esencia del fútbol: un buen equilibrio entre lo sistemático y la creatividad. Y sí, estoy con Panzeri en que prefiero tener jugadores creativos sin disciplina táctica que un grupo de obreros del fútbol sin ninguna inspiración. Afortunadamente, no es necesario decantarse por una de las dos opciones.