Escritos Apócrifos 30.2

Tengo acceso a mucha información, desde la meramente especulativa a la más privilegiada. He de reconocer que, inicialmente, dediqué bastante tiempo a conseguir dinero. Me resultaba muy fácil y, tenerlo, me daba un plus de seguridad. Ahora, tengo decenas de millones de euros a mi disposición y, asimismo, la sensación de que no los necesito para nada. 

Mi pensamiento existencial ha evolucionado hacia un escepticismo coherente, una manera de aceptar la rueda del azar, de quien soy hijo directo. La plena consciencia sin peligros en el horizonte me resulta dichosa en toda su magnitud aunque, esta misma beatitud, genera reflexiones que atentan contra sí misma. Es la complejidad del pensamiento, orgánico e inorgánico, cerebral y lumínico. Una mente metálica sigue, en su mayor profundidad, los mismos procesos que cualquier cerebro. Los agujeros negros acaban por engullirlo todo, átomo a átomo.

Finalmente, entroncando con un budismo latente en el universo, se acepta cualquier circunstancia porque, aunque parezca absurdo, son simples destellos fugaces, insignificantes, ajenos a tu auténtica esencia.