Revelaciones 8.0

Allan ha visitado en diferentes ocasiones la ciudad de Montpellier. Es una ciudad que por su auge y belleza  -entre otros adjetivos así la define Allan- siempre ha significado para él una referencia cultural y turística. Desde que Allan empezó en 1999 su aventura alquimista el ritmo de visitas a la ciudad francesa ha caído en picado.

Fue en un viaje entre Perpignan y Montpellier que Allan tuvo su primer contacto con la canción We Have All The Time In The World, en la versión de los Fun Lovin´ Criminals. Se enamoró perdidamente de esta canción. Después de una comida de nivel en un buen restaurante de Perpignan, regada con vinos variados, el amigo Allan enfiló la autopista hasta Montpellier, con un hermoso cielo azul, en pleno verano. Y de este modo, con el alcohol circulando por sus venas troqueló su alma con un ritmo y melodía que le acompañó durante todo su viaje, vuelta a casa incluida.

Seguramente, cuando inicie su peripatético éxodo repetirá ciertas pautas. Un teatro del absurdo sin espectadores.