Revelaciones 7.4

Siguiendo con las casualidades de la vida e incidiendo en las vicisitudes de Andrés, revelaré algo que Allan supo el mismo día que tuvo conocimiento de la amistad entre Andrés y Leopoldo Maria Panero.

La vida de Andrés en el psiquiátrico -veintiocho años internado- no ha sido un tema habitual en las conversaciones y correos entre Andrés y Allan. Por pudor de uno y por respeto del otro. Por ello, al salir a comentario lo de Andrés y Panero, Allan hizo una pregunta a Andrés. Una pregunta que algunas veces estuvo a punto de realizar pero que siempre la dejaba para otro momento. 

 - Un amigo mío fue ingresado en el Pere Mata en el año1991. A veces me he preguntado si en mi visita al centro, en 1993, tal vez me cruzara contigo en el patio o en algún pasillo del pabellón en el que José estaba ingresado. La vida podría habernos juntado unos años antes de haber coincidido y de habernos reconocido. Esta es una suposición sin respuesta pero no es la pregunta.

 - ¿Cuál es la pregunta, entonces?

 - ¿Llegaste a conocer a José B, un amigo mío?

 - ¡Claro que sí! Cuando en el año 1999 me marché del psiquiátrico, José todavía seguía allí. No hicimos una gran amistad pero tuvimos muchos momentos en que compartimos mesa, junto a otros internos, comentando cualquier cosa. Es curioso que nunca hasta hoy me preguntaras eso.