Como territorio británico de ultramar, Gibraltar tiene plena decisión sobre su destino. El Reino Unido se encarga de su protección y de sus relaciones exteriores. Más allá de eso, la plena soberanía recae en el pueblo gibraltareño. A lo largo de las décadas han habido momentos de tensión entre España y el Reino Unido que todavía siguen plenamente vigentes.
Un intento de cosoberanía propuesto por España y el Reino Unido fue rechazado en referéndum, en el año 2002, por la mayoría de los gibraltareños.
Ofrecer a todos los gibraltareños, excepto a los extranjeros residentes, la cantidad de cien mil euros. A cambio de esto, Gibraltar pasaría a ser territorio español a todos los efectos. La oferta englobaría desde niños de días a ancianos a punto de morir. Por tanto, unos veinte mil gibraltareños costarían al erario español dos mil millones de euros, la quinta parte de la corrupción anual en España.
Para que los gibraltareños abrazaran la propuesta sin ninguna deserción o debate, se les podría mantener el mismo estatus actual por un período de cincuenta años.
Estoy convencido que en cuestión de días el fervor gibraltareño para unirse a España sería absoluto.
La disputa de tres siglos quedaría resuelta en unas semanas.