Escritos Apócrifos 23.2

Andrés no suspira por una larga vida ni, por supuesto, se siente atraído por una vida terrenal eterna o milenaria. Siendo limitado en su intelecto, no se le escapa que a una vida miserable es absurdo añadirle años sin sentido. De modo que, aunque valorase como exitosa la obtención de la Piedra por parte de Allan, siempre la vería como algo que no le atañe, sin dejar de reconocerle su mérito.

Mi opinión es la misma de siempre: Allan ha conseguido un conglomerado que tiene alguna apariencia semejante a la Piedra arquetípica pero, en su demencia, le ha otorgado un potencial mágico absurdo. Parece que no se envenenará con las pequeñas dosis que va tomando, pero esperar que de ello se deriven mejoras en su estado físico y mental, es cosa de locos.