Revelaciones 4.1

Esta mañana Allan se ha llevado una sorpresa inconmensurable. Es una de tantas situaciones ilógicas que jalonan su vida.

Nunca me ha agradado hurgar en su vida sentimental, ciertamente escasa, pero entiendo que la coincidencia que ha descubierto hoy tiene este punto extra de trascendencia emocional. La relación que Allan mantuvo con una mujer hace unos años -cada uno en su casa, viéndose de vez en cuando- dejó una huella profunda en el alma de Allan. No merece la pena destacar las causas de este vínculo emocional, que fue más allá de las relaciones de amistad y sexo.

Hoy Allan se ha paseado por el mundo con el Google Earth. Finalmente, las calles de Tokyo y de Nueva York, han dejado paso a lugares más reconocibles: la casa de sus padres, la antigua escuela donde vive Andrés, la librería del alquimista, un paisaje a los pies del Montseny, etc.

Finalmente, ha buscado la ubicación de un hotel, en la costa mediterránea. Allí fue donde Allan y su amada se despidieron para siempre. Nunca más han vuelto a verse. Después de diferentes perspectivas del hotel y su entorno, Allan ha visto como en la zona del aparcamiento quedó registrado su último y emotivo abrazo. Allan no se podía creer lo que mostraba la imagen del Google Earth, pero la evidencia no dejaba lugar a las dudas.

Repuesto de la sorpresa, ha sentido una inmensa nostalgia y una emoción desmesurada. El guiño del azar le ha deslumbrado hasta lo más profundo.