Escritos Espurios 23.7

Esta va a ser la última entrada referida a Regalo envenenado. Más que nada porque ya está todo dicho. Incidir más en ello sería una reiteración que no aportaría nada.

Fue un año antes de la crisis del petróleo, en el año 1973, cuando hicimos los primeros negocios relevantes junto con mi padre. Fue el primer colchón económico extra que, sin cambiar nuestra existencia, representó una mejora en nuestro nivel de vida.

La segunda etapa de acopio de dinero coincidió con la década que va de 1977 a 1987, justo antes del terrible crack de la bolsa. Los cimientos económicos quedaron consolidados para siempre. Mi padre pudo dedicarle más tiempo a su vocación literaria al no tener que trabajar tanto en despachos, como contable. En definitiva, el halo benefactor del dinero entró en nuestras vidas sin que fuese tan determinante como para cambiar el curso de las mismas.