Revelaciones 3.7

Ya es conocido que Allan no es demasiado propicio a compartir el mundo con los demás. Sale poco aunque, eso sí, cuando lo hace va a buenos restautantes y a cafeteriás de hoteles de cinco estrellas.  Uno de los restaurantes que más valora y al que acude con cierta frecuencia es el Restaurant Hispania. Cuento eso porque, hace cosa de diez minutos, nuestro amigo ya es conocedor de que algo pasa con su tarjeta. Si indaga un poco más, la comida le sentará realmente mal. Quiero pensar que se mostrará extrañado, que comerá con normalidad y que, justo llegar a casa, abrirá el ordenador para ver los desperfectos.

Así es la vida: donde las dan, las toman. Es este un refrán que comparto del todo. Siento que no sea de mi creación.