Escritos Apócrifos 13.9

Ha muerto Magdalena, una mujer de más de noventa años. En la novela JAQUE A LA RAZÓN se dice:

Mi madre me contó que días después hubo una reunión familiar. Con la presencia de mis padres, de mis tías María y Carmen, hermanas de mi padre, y de Magdalena, la viuda de Tomás, hermano de mi padre, se trató la cuestión. Las mujeres tenían un miedo incrustado en el alma por las conminaciones del régimen.

Allan la tenía en gran consideración. En sus diarios la menciona en diferentes ocasiones. La última vez que la visitó en su piso de la Avenida Meridiana, en Barcelona, fue en octubre del año 2007. Estuvieron hablando un par de horas de los temas que siempre les eran comunes: Tomás, Jaume, Pep, tio Arsenio, tia Maria...

Allan la define como "una matriarca, una mujer que se hace escuchar, que cada consejo que otorga te penetra más hondo que si hubiese sido dicho por cualquier otra persona. Esta mujer conoció el amor en mayúsculas. Han pasado casi cuarenta años de la muerte de Tomás y habla de él como si se lo hubiesen arrebatado ayer mismo. Emociona escucharla. Es hermoso haberla conocido."