No he de defenderme de nada ni de nadie, pero quiero responder a los que me acusan de tener ideas políticas dictatoriales. Dejé claro que -en el absurdo e indeseado supuesto de pertenecer a la especie humana- me decantaría por un estado fuerte, centralista, con la burocracia limitada hasta donde fuera posible. Basta ya de señores feudales con sus prebendas. La hora de los hombres honestos e implacables es mi lema de campaña. ¿Prefieren otro? ¿El que tienen ahora? Sí, ya, la democracia... Políticos sin talla, ladronzuelos, piojos que no hacen más que vampirizar al pueblo en toda la extensión de la palabra.
Allan propone un caos que enlaza con el anarquismo de salón. Yo propongo un estado justo y firme, donde la carroñería y la corrupción tuviesen un alto castigo.
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Allan propone un caos que enlaza con el anarquismo de salón. Yo propongo un estado justo y firme, donde la carroñería y la corrupción tuviesen un alto castigo.
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