Allan es obsesivo por naturaleza. Los lectores de JAQUE A LA RAZÓN ya saben de sus insensatas actividades. Que ahora escriba folios sin pausa referentes al mejor modo de estructurar una revolución social, aparte de mostrarle como un personaje cándido, me aporta ciertas dosis de preocupación. Nunca será capaz de movilizar ni a un indigente, tal es su capacidad de convicción. Pero no me extrañaría nada que cualquier día se presenten policías que, tal perros de presa, encuentren mil y una razones para encarcelarle.
Espero que sus escritos de pacotilla no traspasen la línea que va de sus ojos a la pantalla del ordenador, aunque no sé si podré resistirme a ridiculizarle en algún que otro momento. Elegiré aquellos fragmentos donde mejor se muestre su tontería y que en modo alguno supongan un posible contratiempo.
Espero que sus escritos de pacotilla no traspasen la línea que va de sus ojos a la pantalla del ordenador, aunque no sé si podré resistirme a ridiculizarle en algún que otro momento. Elegiré aquellos fragmentos donde mejor se muestre su tontería y que en modo alguno supongan un posible contratiempo.
-