01111 (6)
La siguiente parada de Allan fue la teosofía, de la anteriormente mencionada H. P. Blavatsky. Bajo el amparo de las ideas teosóficas, dejó a un lado de manera definitiva los efluvios espiritistas para adentrarse en una pléyade de argumentos, teorías y personajes. En materia religiosa, la teosofía es panteísta: Dios es todo y todo es Dios; y se presenta como una revisión de los principios fundamentales que sirven de base a todas las religiones; como una revelación hipotética, que solo a través de la experiencia se convierte en conocimiento. Sus cimientos son una argamasa donde se mezcla teología, secretos ocultistas, creencias antiguas y religiones comparadas. Sus detractores la definen como un mamotreto, una mixtura indigesta de ideologías y doctrinas tomadas de aquí y de allá: un poco de budismo, otro poco de hinduismo, cábala, Pitágoras, Zoroastro, reencarnación, ley del karma, papiros, especulaciones y erudición sin control
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La siguiente parada de Allan fue la teosofía, de la anteriormente mencionada H. P. Blavatsky. Bajo el amparo de las ideas teosóficas, dejó a un lado de manera definitiva los efluvios espiritistas para adentrarse en una pléyade de argumentos, teorías y personajes. En materia religiosa, la teosofía es panteísta: Dios es todo y todo es Dios; y se presenta como una revisión de los principios fundamentales que sirven de base a todas las religiones; como una revelación hipotética, que solo a través de la experiencia se convierte en conocimiento. Sus cimientos son una argamasa donde se mezcla teología, secretos ocultistas, creencias antiguas y religiones comparadas. Sus detractores la definen como un mamotreto, una mixtura indigesta de ideologías y doctrinas tomadas de aquí y de allá: un poco de budismo, otro poco de hinduismo, cábala, Pitágoras, Zoroastro, reencarnación, ley del karma, papiros, especulaciones y erudición sin control
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