Ayer acaeció algo reseñable. Al fin, Allan abrió el pote donde guarda el conglomerado mineral al que llama Piedra, y le dio un lametón. Acto seguido, tomó un trago de agua para que el polvillo que se le pegó a la lengua, bajará cuello abajo. No ha encontrado todavía el camino a seguir una vez que ha conseguido su utopía. Mi impresión es que desconfía de sus logros. Fue una acción impulsiva, aunque hacía semanas que le daba vueltas al tema. Ahora, al margen de sensaciones psicosomáticas o de auto-engaños - en eso es especialista -, habrá que ver los resultados. Puede ocurrir que tenga un efecto placebo positivo, o puede que se envenene. Cara o cruz.
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