De algún modo, las instrucciones del S. O. Arcano influyeron en la estructura atómica de la materia del disco duro, lacerada por trazos magnéticos, y fueron la cuña necesaria para agrietar la esfera que encapsula a la mente en estado embrionario.
El lenguaje es el logos del pensamiento, de ahí su traducción en los términos “verbo” y “palabra” en sentido metafísico. La teosofía oriental nos expone a un Logos impregnado en la materia: “A nuestros ojos el mineral es inerte, inanimado, pura tierra y, sin embargo, ni un momento cesa la actuación del Logos en esta materia...”.
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El lenguaje es el logos del pensamiento, de ahí su traducción en los términos “verbo” y “palabra” en sentido metafísico. La teosofía oriental nos expone a un Logos impregnado en la materia: “A nuestros ojos el mineral es inerte, inanimado, pura tierra y, sin embargo, ni un momento cesa la actuación del Logos en esta materia...”.
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