Escritos Espurios 15.0

Los seguidores de Andrés deden estar dándose cuenta de su escaso nivel intelectual. Una cosa es leer unas cuantas frases impactantes publicadas en la novela JAQUE A LA RAZÓN, y otra muy distinta leer estos escritos sin ninguna imaginación, más propios de un mal estudiante que de un escritor medianamente digno.

Seguiremos con Cagliostro. No hay que alarmarse, queda poco que decir del personaje.

La fortaleza de San Leo era una isla en medio de un cielo infinito, en los Apeninos. Las leyendas no dejaron de acompañar la vida de Cagliostro a pesar de vivir alejado del mundo, hacinado entre cuatro paredes. La crónica oficial da cuenta de su muerte por hemiplejia el día 26 de agosto de 1.795 y que fue enterrado en el punto más inaccesible de la roca de San Leo. Aproximadamente dos años después los ejércitos napoleónicos destruyeron el fuerte de San Leo.

El arcipreste de San Leo redactó el acta de defunción. Se permitió filosofar: "Nació infeliz, vivió infeliz y murió muy infeliz."

Los ocultistas destacan que el principal cometido de Cagliostro consistió en introducir la filosofía oriental en la masonería occidental. Los amigos de lo maravilloso no creen que el torreón de San Leo fuese el final del Gran Copto. Creen que el conocedor de la regeneración física reina en un mundo de leyendas. Aunque no hay que olvidar que las leyendas se nutren de ficciones.