Revelaciones 7.3

A raíz de la muerte del poeta Leopoldo María Panero, el 5 de marzo de este año, difundida ampliamente por los medios de comunicación, Andrés entroncó con sus primeros días de diagnósticos psiquiátricos. Aunque su primer ingreso en firme fue en el año 1971 -por un período de catorce años, en el Pere Mata de Reus, con veintitrés años-, un par de años antes -en 1969- había pasado unas semanas en el mismo centro, en busca de explicaciones y soluciones a sus disturbios mentales.

Fue entonces cuando coincidió en el psiquiátrico con Leopoldo María Panero, quien iniciaba un apostolado vesánico que iba a convertirle en el poeta maldito español. No fue hasta el anuncio de su muerte que Andrés supo de nuevo de Panero, comentándole a Allan que había hecho amistad con el ilustre escritor. Todo un ejemplo de como vivir desconectado del mundo.

Allan, devoto de Artaud, se mostró muy sorprendido. Conocía al autor por algunos escritos que había leído y por las noticias que de vez en cuando publicaban los periódicos. Pero al saber de esta coincidencia quiso sumergirse en el personaje. A finales de marzo vio los dos documentales que hablan de los Panero. Primero El Desencanto, dirigida por Jaime Chávarri y, seguidamente, Después de tantos años, dirigida por Ricardo Franco. Dos auténticas autopsias psicológicas, realizadas en vivo, con hacha y bisturí.