Escritos Espurios 42.9

Comentarios de Allan a Andrés:

Los que tenemos la suerte de ser bilingües -catalán/castellano- hemos podido apreciar, atónitos, las parrafadas -más parecidas al juego de los disparates que a otra cosa- de los traductores de la Audiencia Nacional en el juicio por los sucesos ocurridos en el Parlament de Catalunya, en junio de 2011. Realmente desternillante si no fuese por la gravedad del caso. Da miedo pensar cuantos inocentes han sido condenados después de la labor de profesionales de esta catadura.

Al menos, la estupidez de hablar catalán en centros oficiales donde se desconoce esta lengua, ha servido para poner de nuevo a este país delante del espejo mundial: un ridículo tras otro.

También es de valorar que Ernest Maragall haya puesto los incidentes en cuestión en su justo punto: una algarada que no merece más que una multa. Toda esta cochinada de mandarles a la Audiencia Nacional es la constatación de la estulticia de unos políticos que se merecen mucho más que un escupitajo.