Escritos Apócrifos 27.9

Las únicas dos ideas que pueden ser salvadas de la obra de Andrés, El Cadalso de Dios, lo son más por resultar inesperadas que por su profundidad de pensamiento. Andrés separa el mundo en dos clases de personas: los que creen en Dios y los que niegan su existencia. En el primer grupo entran todas las religiones, sean estas modernas o medievales. En el segundo grupo, estarían los agnósticos y los ateos, con todas sus diferencias conceptuales.

El planteamiento de Andrés consiste en aceptar la existencia de Dios, aunque está en desacuerdo con sus planes. Parte de sus elucubraciones fueron publicadas en la novela Jaque a la Razón en el capítulo titulado, La opción más temida por Dios.

En definitiva, Andrés piensa que aceptar la existencia de Dios y, al mismo tiempo, negarse a seguir las normas del juego celestial. Es una postura desafiante. Destaca en su reflexión que Dios se encuentra muy cómodo con las posturas clásicas -creencia o negación- y que el hecho de aceptar su existencia, aunque estando dispuesto a no seguir sus intenciones, es la opción vital más peligrosa para Dios.

Para reforzar esta delirante proposición, aporta otra cegadora idea, también expuesta en el citado capítulo de Jaque a la Razón. En una próxima entrada haré mención de la misma.