Escritos Espurios 19.9

A Allan hoy le ha dado una rabieta.

A día de hoy, ser catalán es una de las peores opciones de este mundo. Ubicados en un país que nos desprecia y expolia, tenemos además que asumir la incompetencia y corrupción de los políticos catalanes. Cada vez hay más independentistas. Es lógico que ocurra eso.


España es demasiado ciega, es incapaz de advertir que Catalunya podría ser su locomotora económica, pero prefieren debilitarla y tenerla con la cabeza agachada. Entretanto, los politicastros catalanes nos tienen entretenidos con sus cantos de sirena que nunca llegan. Después de más de treinta años de espera tal vez sería el momento de decir basta. Los catalanes, además de sufrir la excesiva aportación a las regiones menos prósperas de España, tienen  que asumir toda la  burocracia, nepotismo y corrupción que generan sus políticos: multas, peajes, embajadas, viajes, pagos, copagos, impuestos... Es un no acabar, para nada. Porque nada es lo que han conseguido. Son inútiles hasta la extenuación, aunque suficientemente listos para extorsionar a los catalanes y vivir de ellos, a cuerpo de rey.


Así que una de dos: o aprovechan el momento pésimo de España (desprestigiada, corrupta, con políticos ridículos, arruinada) para hacer un órdago y exigir la independencia; o cierran la Generalitat y se largan a sus casas de una puta vez.


Conociendo las agallas de los políticos catalanes y la aversión al riesgo de la gran mayoría de la población, es fácil deducir que no pasará nada. Si ha de ser así, exijo ser tratado como un español más, sin las miserias que implica el ser catalán.


Siempre defenderé el catalán, las tradiciones y cultura de Catalunya, pero no acepto esta tomadura de pelo. Ver a estos payasos con su verborrea estúpida, su pose de honestidad cuando no son más que unos ladronzuelos, y su inoperancia, dan ganas de venderlo todo y lanzarse al monte.