Escritos Apócrifos 16.7

Gracias a las bibliotecas virtuales tengo acceso a mucha literatura que jamás habría podido leer. Allan tiene una muy buena biblioteca -que pude saquear en tiempos pretéritos, narrados en la novela Jaque a la razón-, pero es limitada, además de que requerir de la intervención de Kira, el robot patoso que, a día de hoy, prácticamente no sirve para nada. Ni siquiera a Allan.

He leído hace unas horas El guardián entre el centeno, de Salinger. Es un libro que tuvo una importante repercusión, tanto por el modo de ser narrado como por los temas tratados. A mi parecer, es un libro sin ningún valor: mala literatura, reiterativo, pesado en sus enfoques y, por consecuente, aburrido. Puedo hacer el esfuerzo de situarme en la época en que fue publicado pero, en esencia, mi valoración es la misma. Es evidente que Salinger propuso unos contenidos y que los contó de una manera muy oral. Estas disgregaciones empobrecen la literatura. Sí, tienen su elemento singular, original, pero el resultado es pobre.