Escritos Apócrifos 15.4

Los sucesivos Gobiernos españoles han llevado a tal estado de postración a la población que solo queda un paso para llevarla a la humillación más absoluta. En esta dramática hipérbole se esconde la salvación. Es como si, después de andar perdido por un laberinto, se encuentra casualmente la salida del mismo, cuando ya te arrastrabas sin ninguna esperanza.

El estado del bienestar llegó a todo los rincones. Papa Estado protegía a todos sus siervos, hasta que los excesos de unos y otro han llevado al colapso.

Es la hora de algo novedoso e impensable, la hora del Estado Proxeneta. La idea consiste en que el Gobierno redacte un proyecto-ley por el cual todos los tipos de prostitución pasasen a ser función del Estado. De pronto, se incorporarían al mercado laboral un millón de jóvenes que atraerían a un turismo insaciable de orgías. Sería la guinda que culminaría todo el proceso de envilecimiento al que nos han llevado los políticos.

A cada joven se le daría una vivienda en propiedad y un buen sueldo. Con eso, los bancos se verían aligerados de toda su basura inmobiliara y resurgirian de nuevo de sus cenizas.

Incluso, para que fuese más atractivo para los turistas, el Gobierno podría rebajar la mayoría de edad hasta los catorce años. De este modo, los más depravados podrían encontrar en España el auténtico paraíso.

Una buena decisión sería asimismo el permitir prácticas sadomasoquistas con los presos de las cárceles españolas. De esta manera, pagarían antes con sus penas y devolverían con creces lo que le deben a la sociedad.

Si España recibe cincuenta millones de turistas al año, con estas medidas se cuadriplicaría la cifra. Es fácil deducir las ingentes repercusiones económicas que ello implicaría.

Este millón de jóvenes incorporados al mercado del trabajo, harían girar la rueda del crecimiento de un modo imparable. España convertida en un inmenso prostibulo, un lupanar sin mesura, donde el presidente del Gobierno sería el gran macarra de la mancebía.