Escritos Apócrifos 15.2

A estas alturas nadie duda de que los políticos son los grandes culpables de la situación en España. Cual marabunta insaciable, la partitocracia se ha impuesto a la democracia. La democracia española es una apostasía absoluta. Los partidos políticos, para dar carnada a sus secuaces, se han inventado a los largo de los años, organismos e instituciones para ubicar a sus adeptos. El resultado es una componenda de decenas de miles de políticos que suponen un coste brutal al erario público. Luego hay que añadir el tráfico de influencias, el nepotismo y el robo sistemático al que son tan adictos. Como remate final, destacar la absoluta ineptitud de la mayoría de cargos, una auténtica orgía de disparates, declaraciones huecas, cambios de rumbo sin sentido, con decisiones más propias de un jugador de casino que de alguien responsable y capaz.

Merecen la cárcel y el embargo de sus bienes, pero la sociedad está maniatada por todas las leyes habidas y por haber que ellos mismos han parido. Por tanto, la solución a tanta injusticia por la vía del derecho está bloqueada. Solo queda la revuelta social que tanto predica Allan o un golpe de estado militar con todas sus consecuencias. Tengo la impresión de que la sociedad española, una vez pasado el susto, respiraría aliviada ante una acción de este tipo. Debería ser un golpe para aplicar la máxima justicia, restablecer el buen orden y encaminar a España hacia una nueva democracia, ser los garantes de la acción. Pero me temo que los militares españoles están demasiado anestesiados para ni siquiera pensar en ello.

Después de robar a los españoles, de engañarles de manera sistemática, de permitir la miseria que se vive, les voy a ofrecer una solución a tantos males. No es idónea en toda su extensión pero los resultados económicos serían impresionantes.