Escritos Espurios 16.1

Ya es un poco tarde para las amenazas. Escuchar al Ministro de Interior con sus demandas de cárcel para los guerrilleros urbanos, suena a tomadura de pelo. Antes que eso, el Gobierno debería preocuparse por los miles de ladrones que han robado sin parar durante lustros en este país. Es escandaloso.

Barcelona ya es un imán para los brigadistas del siglo XXI y, a más represión, más jóvenes acudirán a la ciudad. Cuando no se tiene nada que perder, cuando el escarnio es de tal dimensión, solo queda la dignidad y la lucha. La situación escapa al control de autoridades locales y comunitarias. Barcelona ha sido elegida como base de operaciones y eso ya es irreversible.