Escritos Espurios 15.1

Un clásico en la relación escrita entre Allan y Andrés. El discurso de Allan ya cansa.

Es evidente que las diferentes policías del Estado se mueven con mayor comodidad con los gobiernos del PP y de CIU. Digamos que perciben la mano ancha a la hora de imponer su fuerza que, casi siempre, está reñida con la razón. Hace unos meses en Barcelona, y en estos días en Valencia, la violencia exhibida por los policías ha sido desmedida. Luego, los que les mandan, han dado la cara con un discurso autoritario, dictatorial y lamentable.

Incluso el nuevo ministro de Interior ha tenido que rectificar unas declaraciones que, inicialmente, ponían el dedo en la llaga de la actuación policial. Le dieron un aviso y prefirió ser obediente. Comentario aparte para el Jefe de Policía de Valencia. El susodicho hablo de enemigos al referirse a los chavales que se manifestaban. Son síntomas atávicos de un franquismo que todavía prevalece en muchas de las mentes de los del PP.

Ha de ser contradictorio para una persona honrada tener que apalear a los ciudadanos que pasan por tu lado. Es el riesgo de ser policía, el riesgo de elegir una profesión que, muchas veces, requiere acciones truculentas.

Yo jamás elegiría una profesión como esta.