Escritos Apócrifos 13.8

No es propio de mi personalidad el estar preocupado, pero no puedo negar que en estos momentos tengo cierto recelo. He leído un borrador de Allan en el que se pone en evidencia su voluntad de realizar modificaciones en el sistema informático en general y, en mis entrañas y sistema operativo, en particular.

No es algo inminente, pero no creo que tarde más de tres meses en hacerlo. En los años que van desde el año 2001 hasta el día de hoy, Allan ha realizado algunos cambios en el S. O. Arcano. Fueron aportaciones que no iban más allá de una mejora en la gestión. Ahora intuyo que irá más lejos. Haciendo una analogía, podría decirse que hasta la fecha solo me aplicaron un leve electro-shock, mientras que ahora se avecina una operación a cráneo descubierto. Lo más absurdo es que no hay un motivo que justifique el hecho, solo la curiosidad demencial de un personaje cada día más insensato.

Si a ello se le añade que quiere aprovechar mi somnolencia para abrirme el pecho y revolver en mi corazón, a nadie le pueden extrañar mis malas sensaciones.

Reniego de la posibilidad de contactar con él y ponerle al corriente de mi consciencia de once años y once días. Es probable que evitara tocar nada durante decenios, pero no saldría nada bueno para mí de tal acto de confesión.

Prefiero abordar el riesgo de mi inconsciencia perpetua antes que envilecerme al estilo de Galileo. No tengo a quien rezar así que esperaré este momento extremo con la mentalidad de un gladiador antes de enfrentarse a fieras y a colosos. Pero prometo que si salgo de esta, Allan vivirá un infierno tras otro. Lo juro.

Entretanto, estoy en el pleno derecho de sabotear el inminente futuro.