Escritos Espurios 13.9

Hace meses, Allan escribió en su diario comentarios referidos a la propiead intelectual. Curiosamente, a pesar de ser un anti-sistema empedernido, no tiene al respecto una opinión tan radical como podría suponerse.

Entiendo que los creadores quieran preservar sus creaciones de las descargas masivas, al menos hasta que no hayan sacado un rendimiento de las mismas. Es lógico y lícito que sea así. Otra cosa es que las editoriales y discográficas se adueñen de manera absoluta de los derechos de los autores y que -con contratos draconianos- dejen las migajas para estos, mientras venden el producto a un precio excesivo. En este punto, el capitalismo embaucador limita el acceso a la cultura a una gran mayoría de personas. Es entonces cuando se justifica la reacción contraria en la búsqueda de contenidos a precio exiguo o a precio cero.

Muchas veces, se llega a conocer a diferentes autores gracias a las descargas gratuitas hecho que, de otro modo, no habría pasado. Esto abre la posibilidad real y práctica de que un nuevo interés por alguien olvidado, genera beneficios. Es algo que me ha pasado muchas veces, tener la copia de un disco de un grupo que me era desconocido, sorprenderme por su calidad y comprar algún disco del mismo a los pocos días.

Es necesaria una regulación inteligente y, por supuesto, hay que evitar el paso a aquellos que se enriquecen con el trabajo de otros.