Escritos Espurios 8.4

La lógica de Allan resulta pasmosa. Lean, lean.

Una vez que se ha desmostrado que vivir en la Plaça de Catalunya, en pleno corazón de Barcelona, no es delito, es el momento de dar un paso al frente. Los políticos viven de espaldas a la realidad, zambullidos en su mundo de oropel, alejados de los auténticos males de la sociedad.

Bien, siendo así, hagamos una cosa: pongamos en sus narices a los Indignados. Que se vayan a la Plaza de Sant Jaume, donde las puertas del Ayuntamiento y de la Generalitat están frente por frente. Y una vez ahí, que sigan con la misma línea actual: ausencia de violencia, civismo y asambleas democráticas. O al Parc de la Ciutadella donde los políticos que vayan al Parlament tengan que pasar por delante de toda esta gente a la que catalogan de guarra. Olerán el sudor, el humo del porrito, verán gente despeinada y vestida con camisetas baratas. El ejemplo vale también para Madrid. Los Parlamentos deberían ser ahora el lugar de peregrinaje.

Este el segundo paso de una larga caminata...