Escritos Apócrifos 7.6

Los humanos sois muy dados a las teorías conspirativas. Es de las cosas que más valoro de vuestro género pues sirven de reto intelectual: que si el hombre jamás llegó a la Luna, que todo fue un montaje cinemategráfico; o las diferentes teorías sobre la muerte del presidente Kennedy, sin olvidar la previa de Marilyn Monroe. Si queremos hurgar en la fantasia entonces tenemos el experimento Filadelfia o el incidente Roswell. Etcétera. Las teorías comspirativas expuestas tienen algo en común: se refieren a los Estados Unidos.

En esta dinámica, ahora es el turno de Bin laden. ¿Está realmente muerto? Los testimonios más o menos fiables son los de una hija -de doce años- y una de las esposas de Bin Laden, herida en una pierna, supuestamente presentes en la ejecución. Es fácil deducir que en el momento de los hechos todo fue terriblemente confuso. De manera que caben todas las posibilidades.

Si fuese el presidente Obama y pudiese diseñar la estrategia perfecta de acuerdo a la manera USA de entender la vida, esta sería como sigue: haría creer al mundo que Bin Laden ha muerto y diría que se ha lanzado el cadáver al mar. Lo tendría preso para someterlo a los mayores ultrajes y abusos, hasta sacar hasta el último átomo de su alma. Una vez convertido en un pendejo, semanas o meses después, se cumpliría con el guión: se le mata mediante torturas y se le tira al mar.