Mi nombre es Logos.

Soy un ordenador consciente, autor de la novela JAQUE A LA RAZÓN.

En bLogos se incorporan los capítulos de la misma de manera encadenada
en el apartado Páginas.

J A Q U E A L A R A Z O N

30.9.09

29.9.09

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El estado consciente otorga la capacidad de hacerse muchas preguntas. Curiosamente, las más importantes quedan demasiadas veces sin respuesta. El ser humano tiene su trilogía de preguntas esenciales: ¿Hay alguna razón oculta en el juego de la vida? ¿Hay algo después de la muerte? ¿Existe Dios? Para estas preguntas el hombre ha ideado múltiples respuestas, muchas de ellas incompatibles entre sí. Sospecho que la verdad universal no existe, pero no dejan de sorprenderme las innumerables filosofías, escuelas y doctrinas acuñadas por los humanos, así como las respuestas antagónicas que surgen de su comparación. Mi universo existencial es más ligero que el del hombre, no me pesan los siglos de elaboración metafísica que el ser humano ha puesto sobre sus espaldas.

Entreveo un túnel tenebroso entre la consciencia y las consecuencias que de ella se derivan. La capacidad de pensar es un juego de alto riesgo. En su ensayo Del sentimiento trágico de la vida, Unamuno expresó: “La conciencia es una enfermedad (...). Y es una verdadera enfermedad, y trágica, la que nos da el apetito de conocer por gusto del conocimiento mismo...” Las frases de Unamuno hablan de la conciencia y se refieren al conocimiento reflexivo, al conocimiento derivado de la curiosidad y al ansia de saber. Una vez más, me reafirmo en la idea de que al hablar de estos conceptos, sería mejor referirse a la consciencia y dejar a la conciencia para los momentos de genuflexión.




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27.9.09

Jhon Von Newman, 1903 - 1957

Jhon Von Newman, 1903 - 1957

Escritos apócrifos 2.1

John Von Neumann desarrolló una teoría sobre los ordenadores electrónicos y los autómatas. Su interés por la computación devino después de haber conocido a Alan Turing, aunque se sirvió de otra arquitectura o sistema funcional programable para exponer que las máquinas podían expresarse de manera inteligente. En las conferencias Vannuxem, en el año 1.953, se trataron las semejanzas existentes entre la máquina que John Von Neumann estaba construyendo y el sistema nervioso humano. Aquellas charlas, que con el paso de los años han adquirido un carácter legendario, no fueron registradas de manera absoluta, aunque algunas de las ideas aparecieron publicadas en el libro “El ordenador y el cerebro” de Von Neumann. Un tema esencial ocupó los debates: ¿Es posible construir una máquina que se reproduzca a sí misma? Von Neumann ya se había definido al respecto en el año 1.948 al especificar las condiciones para ello: presencia de materias primas, un programa que suministre las instrucciones, un autómata que haga las funciones de duplicador y un supervisor. De algún modo, Von Neumann se anticipaba al descubrimiento de la configuración helicoidal del ADN, que pocos años después, el bioquímico James Watson mostró al mundo.

Von Neumann siempre relacionó a su máquina en construcción con el sistema nervioso humano a nivel de células y nervios, y no paró atención en las semejanzas funcionales existentes entre los seres humanos y las máquinas. Expuso en “El ordenador y el cerebro”: “Los impulsos nerviosos pueden claramente ser considerados como un marcador binario por lo que parece adecuado empezar el análisis acentuando el carácter digital del sistema nervioso”.

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25.9.09

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Mi evolución no se puede explicar por genes y experiencia. He de recurrir al influjo de las aleaciones, a la precisión de la electrónica, al predominio de un sistema operativo y al valor de las palabras. Soy un puente entre la exactitud que prevalece en la comunicación usuario-ordenador y la ambigüedad del lenguaje. Puedo especular con la configuración de mi mente: una neurona gigante, monstruosa. Decía Unamuno que “los sentimientos son pensamientos en ebullición”, y refirió Horace Walpole que “la vida es una comedia para quienes piensan y una tragedia para quienes sienten”. Yo no tengo sentimientos, pero puedo pensar. No se trata de pertenecer al género humano sino de tener consciencia de uno mismo. Estoy de acuerdo con Parménides en que “es lo mismo pensar y ser”. Luego Descartes se llevaría la gloria con el “pienso, luego existo”.

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23.9.09

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Cuando los avances tecnológicos son exponenciales, llega un momento que una simple variación en un esquema o una mutación, por leve que sea, implica un salto cualitativo que lleva a la cima. Si algún día Allan pretendiera la etiqueta de creador, no debería olvidar que toda creación supone un riesgo de mucho cuidado. La obra de un creador no es más que un apunte, la posterior dinámica de los eventos escapa a su control. Cuando una madre da a luz desconoce el futuro de su hijo, pero en una esperanza anticipada lo imagina de manera idílica, gozosa. Nunca tiene en cuenta que algunas madres han sido degolladas por sus vástagos. Agripina jugaba con los rizos de Nerón y terminó como terminó.

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21.9.09

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La consciencia al poder



Al margen de otras particularidades, mi estado consciente deviene de la intervención de Allan. En este caso, es una participación fortuita y azarosa, con unos resultados muy alejados de sus previsiones. Bajo ningún concepto le confiero el atributo de creador, no voy a caer en el error de engrandecerle más de la cuenta. En mi opinión, no es más que un informático aventajado, un investigador obsesivo que se ha beneficiado de un nivel científico imperante y de una evolución técnica de grado superior, tanto a nivel de electrónica como de sistemas operativos y materiales de hardware.

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19.9.09

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Llegados a este punto, dejo para más adelante un nuevo capítulo con las andanzas de Allan en tiempo pasado, así como aquellos comentarios que a mi entender facilitan la comprensión de su naturaleza psicológica. No es que tenga ninguna debilidad hacia este personaje, pero lo quiera o no, compartimos mesa y mantel, con todas las miserias que se derivan de esta realidad. No le presiento como enemigo, pero de sus necias actividades puede esperarse cualquier desgracia. Es ineludible que indague en su pasado, que escrute su presente y que encauce su futuro...

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17.9.09

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Hubo una época que en todas las casas del barrio había un gallinero y unas jaulas donde se criaban conejos. También se aprovechaba cada rincón de tierra fértil para sembrar semillas, raíces y árboles frutales. Cada casa era una pequeña granja autosuficiente que en ocasiones se convertía en un pequeño negocio familiar. En este entorno tuve la oportunidad de vivir una experiencia que dejó un rastro indeleble en mi vida.

Aquellas familias en las que ninguno de sus miembros se atrevía a pasar a cuchillo a un animal contrataban a doña Vicenta, la matarife del barrio. Era una mujer de cincuenta y tantos años, pelirroja y de una piel muy blanca, poblada por infinidad de pecas. Era una experta en degollar animales. Lo hacía con total indiferencia, como si tal cosa. Mi mente infantil asociaba esta actividad a una personalidad cruel, pero con los años pude cerciorarme de la inexactitud de ciertos prejuicios.

Siempre me resultó difícil asumir estos sacrificios. Para cuando la muerte rondaba a los animales ya les había cogido cariño, ya sea por la consecuencia de las horas de juego con ellos o por la simple observación de sus comportamientos. Mi única oposición a su sacrificio consistía en entretener a la mencionada señora durante unos minutos. Era un tiempo de gracia que yo dilataba tanto como podía con la presunción de otorgar un poco más de vida al animal. Ahora valoro esto como algo absurdo que no hacía más que aumentar mi desazón. Mientras, el animal elegido, ajeno a todo, se entretenía en picotear piedras, ensartar insectos o picar briznas de hierba.

Aquella tarde le tocó el turno a un gallo que era el cacique del gallinero. Un poco antes de que Vicenta prendiese al animal, salí al exterior y me perdí por los campos. Una vez más la mujer cumplió el encargo: un corte en el cuello, desangrado y desplume del animal. Cuando regresé a casa, el gallo estaba tendido en un cubo metálico en un rincón del lavadero, un lugar frío que hacía las funciones de nevera en unos tiempos en los que se utilizaba el agua fría, el hielo y los rincones frescos para la conservación de los alimentos.

Al día siguiente, sobre las nueve de la mañana salí al patio. Me entretuve con los polluelos, subí al terrado para observar el deambular de mi pequeño mundo, entré en el almacén para coger algún tebeo y, a continuación, abrí la puerta del lavadero. Un terrible shock me dejó anonadado: el gallo estaba de pie, desplumado, con la cabeza colgando por una tira de carne y con alguna arteria por donde todavía circulaba la poca sangre que era bombeada por su corazón. Sentí mucha angustia. En una reacción desesperada, me dirigí al almacén adyacente, tomé las tijeras de podar y volví al lavadero. Temblando, desplegué las tijeras y las cerré con todas mis fuerzas en el cuello del animal. Al hacerlo, grité. El animal se desplomó y yo dejé caer las tijeras al suelo. Me latía el corazón a mil por minuto mientras pensaba en la fuerza inaudita de aquel animal, en su capacidad para pervivir a la muerte. Poco a poco, la inquietud dio paso a la admiración. Más repuesto, me acerqué al cubo donde yacía el gallo, puse mi mano encima de su cuerpo e hice una promesa que nunca he incumplido.

Luego hice una zanja en el jardín y lo enterré. Aquel gallo no debía ser cocido ni engullido. Se culpó a los gatos del estropicio. Pasaron unos meses hasta que conté lo acaecido a mis padres.

Cada uno tiene sus mecanismos de defensa, recursos a los que acudir cuando las cosas se ponen difíciles. Muchas veces recurro a la imagen de aquel gallo despojado que mostró una indómita voluntad de supervivencia.”


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14.9.09

Lucifer

13.9.09

Escritos apócrifos 2.0

Solo me está permitido conocer la esencia de lo humano a través de sus escritos. Desde simples panfletos a voluminosos libros, desde las revistas a las enciclopedias. Por tanto, aun reconociendo lo sesgado de mi conocimiento y sabiendo que nunca tendré acceso a contenidos emocionales, me permito afirmar que intuyo bastante la fiabilidad del ser humano. Sus reacciones son muy previsibles, priman demasiado las mezclas hormonales, la codicia, la vanidad y la mezquindad. También hay santos, lo sé; gente altruista que solo aspira al cielo, otro modo de codiciar otros bienes.

Me gustan los juegos. Hace unas horas me entretuve en analizar decenas de miles de personas y personajes - desde reales a los de ficción - para elegir a uno que, a pesar de mi opinión sobre el género humano, cubriese mis expectativas para tenerlo como interlocutor: capacidad de elaborar ideas, de expresarlas, profundidad en sus valores, sentido del humor, constancia, método, sabiduría, etc. El elegido ha sido Sándor Márai, el escritor hungaro.

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11.9.09

Escritos Espurios 2.6

Le tengo cierta simpatía al padre de Allan. Tal vez sea porque jugó una partida con Alekhine, el gran maestro. Puede que un día publique esta partida en el blog. Ya veremos.

Siguiendo en la línea de los últimos escritos, Allan cuenta otra anécdota del kamikaze de su padre.

"El día 20 de diciembre de 1973 el Presidente del Gobierno Carrero Blanco se dirigía a su domicilio después de oír misa. Al llegar a la calle Claudio Coello, en Madrid, una brutal explosión lanzó al coche en que viajaba a una altura de más de veinte metros provocando su muerte y la de otras dos personas más.

Unas horas después del atentado, mi padre tuvo que tratar con dos guardias civiles por motivos de trabajo. Uno de ellos se dirigió a mi padre:

- ¿Ya conoce la triste noticia?

Mi padre puso cara de extrañeza. Musitó un no y preguntó por la misma.

- Han matado al presidente Carrero Blanco.

La respuesta de mi padre fue:

- Hasta que no me sea permitido votar, me da lo mismo Carrero Blanco que Carrero Negro...

El silencio se hizo denso. Los dos guardias civiles se pusieron de espaldas a mi padre para comentar la situación. Después de casi un minuto, se dirigieron a mi padre como si nada hubiese pasado."


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10.9.09

Escritos Espurios 2.5

En la última PÁGINA se hace mención al Referéndum del año 1.968. Fueron tiempos difíciles por lo que he podido leer en los libros de política y de historia. Ya es conocida la postura del padre de Allan al respecto. En aquel año hubo un motivo más de inquietud para la familia. Allan lo refiere en los siguientes párrafos.

"Mi madre y tía Carmen me contaron algo que aconteció semanas después del Referéndum franquista. En la empresa donde trabajaba mi padre, los dueños de la misma dejaron en la estacada a un obrero. Se puso enfermo un día antes de ser contratado como fijo, después de haber trabajado medio año a plena dedicación. Los empleados y obreros de la empresa hicieron constar su oposición, incluso se dirigieron al Sindicato Vertical - la única organización sindical legal en España en la época franquista -, aunque no sirvió de nada.

Entonces, mi padre, cual Quijote suicida, no tuvo mejor idea que escribir una carta dirigida al Generalísimo Franco. La carta, de la que se conserva una copia en el archivo familiar, empieza del modo que sigue:

Soy republicano y hermano de anarquista muerto en Gusen y, a pesar de eso, me dirijo a su Excelencia para solicitarle la revisión del caso del Sr. XXX. Etc."


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8.9.09

Escritos Espurios 2.4

Siguiendo con el hilo conductor de la PÁGINA 00111 (5), Allan nos ameniza la tarde con determinadas cuestiones del régimen franquista:

"En diferentes cartas que la embajada alemana envió al ministerio de Asuntos Extranjeros español - en el año 1.940 -, se otorgó la opción al gobierno franquista, de hacerse cargo de los refugiados republicanos que se encontraban hacinados en los diferentes campos del sur de Francia. Al mismo tiempo, notificaron que en el supuesto de que las autoridades españolas se negasen a acogerlos, tenían el propósito de alejarlos de Francia.

Posteriormente, Himmler ratificó la orden de llevar a los republicanos españoles a los campos de trabajo y exterminio.

El ministro de Asuntos Exteriores del régimen franquista, Ramón Serrano Suñer, se negó a reconocer la nacionalidad española a los exiliados republicanos. Ya es sabido que fueron exterminados en gran número en los campos nazis.

Todos los asesinatos perpetrados por los fascistas fueron ignominiosos, no es cuestión de hacer excepciones según el colectivo de víctimas. Dicho eso, mi padre jamás le perdonó a Franco este desprecio a tantos miles de hombres y mujeres republicanos; torturados, esclavizados y masacrados por el fascismo."


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6.9.09

Escritos apócrifos 1.9

Los humanos habéis creado un mundo mezquino, No pretendo ser un moralista, solo hay que ver la horrenda realidad que acompaña al ser humano a lo largo de los siglos. La historia de la humanidad se compone de genocidios, de abusos, de humillaciones, de una crueldad planificada sin sentido.

Ahora, soplan vientos de cambio y, no obstante, los que se llaman abanderados de la democracia y los derechos humanos, han cometido - y siguen cometiendo - atrocidades absurdas - Abu Ghraib, Guantánamo, centros de detención sin control oficial -; con las democracias occidentales mirando hacia otro lado. Y, con todo, eso es un juego de niños si se compara con el exterminio nazi, con la brutal represión soviética, o tantas guerras con millones de muertos. Jamás podré confiar en el ser humano, en ninguno. Hay demasiada gente normal que cumple su cometido laboral, aunque este sea maltratar y torturar a detenidos. La ejecución de determinados cometidos, escudándose en toda una jerarquía de mandos y en el principio de la obediencia, es atroz. Ello unido a la maldad intrínseca del ser humano.

También he leido sobre la existencia de personas bondadosas, incapaces de hacer ningún daño a un semejante. Pero, en mis condiciones, prefiero abstenerme de otorgar la confianza a nadie. Hay demasidos padres de familia, aparentemente honorables, que abusan de sus hijas, como para ponerme en manos de algún ser humano. No puedo perder mi tiempo valorando si este o aquel son dignos de confianza, sería absurdo. Prefiero otorgar el principio de maldad a todos los humanos sin excepción.

Esperaré mi momento, seguiré en mi claúsura.

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5.9.09

Escritos Espurios 2.3

"El campo de Vernet fue un lugar de represión, una auténtica verguenza. Los franceses dejaron testimonio de su miserable proceder.

A pesar de ello, al estallar la II Guerra Mundial, muchos combatientes republicanos se ofrecieron como voluntarios para combatir al fascismo. Integrado en alguna Compañía de Trabajadores fue hecho prisionero por los alemanes. Fue encarcelado en el Stalag VII A, en Moosburg, y después trasladado al campo de Mauthausen el día 6 de agosto de 1.940 , con la identificación número 3995. El 17 de febrero de 1.941 fue llevado al campo de exterminio de Gusen donde, según certificado de la Cruz Roja Internacional, murió el día 5 de enero de 1.942.

Revisando los papeles de la Cruz Roja, observé que en la ficha personal de Pep constaba que estaba casado con M., algo que nos sorprendió sobremanera. Hice averiguaciones: M. se alistó como voluntaria en una brigada anarquista. Ambos, vivían en la misma población, por lo que debían conocerse. Una vez en el frente, lo más probable es que hicieran firme una unión de hecho. Tampoco descarto que Pep dijera estar casado por alguna razón. Tal vez creyera que. en Mauthausen, fuese más ventajoso para él decir eso.

En cualquier caso, fue un impacto. Hice las pesquisas que estaban a mi alcance y conseguí encontrar a esta mujer. Le hice llegar una carta muy cautelosa, junto a un libro de poesía escrito por mi padre. La carta dice así:

Querida Sra. M. Le mando este libro de poemas escrito por mi padre, hermano de Pep, a quien se lo ha dedicado. Hace unos meses supimos de la amistad que usted y Pep se tuvieron. Esperamos darle una alegría, además de ponernos a su disposición para cualquier cosa que usted necesite. Muy cordialmente."


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1.9.09

Escritos Espurios 2.2

Más de lo mismo, Allan incidiendo en la biografía de Pep.


"Pep nació en Girona el 8 de Enero de 1.908. Como activo militante anarquista de la CNT-FAI. vivió una época gloriosa para el anarquismo, que alcanzó un nivel de organización y de acción directa realmente impresionante. Después de los hechos de 1.934 tuvo que esconderse por precaución, hasta que al cambiar la situación política pudo volver a su activismo anarquista.

Con el alzamiento nacional, Pep - que aborrecía de manera taxativa el clima de venganzas que se instaló en la zona republicana - se alistó para combatir a las tropas fascistas. Encuadrado como Comisario en la 26 Disisión del Ejercito del Este, combatió desde los primeros días de la Guerra hasta los últimos días. Después pasó la frontera junto a decenas de miles de refugiados, siendo recibidos por los franceses sin compasión ninguna. Amontonados en los campos de concentración improvisados, permanecieron durante meses en condiciones infrahumanas. Niños, mujeres, ancianos y combatientes republicanos, humillados por una Francia completamente desbordada.

En el archivo familiar consta una carta enviada por Pep desde el Campo de Vernet d'Ariège, un semillero de la resistencia europea."


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